viernes, 2 de febrero de 2007

Miedo. O temor de vivir.



Cruzaremos en rojo.

Libraremos al azar nuestra buena fortuna,

( ó la tremenda necesidad de ser torpes por deporte).

Vagará por las calles el reo;

el asesino de todos; el tuyo y el mio.

Elije tu propio silenciador y por cincuenta centavos más,

ocultaremos su nombre.


Los carteles ocupan las calles;

visten de reclamos la ciudad.

pero aún no son suficientes las voces.

La argentinidad al palo es solo una canción.

La patria ejerce su potestad resquebrajada.

Son pocos los que exigen una justicia que cada vez está más dormida.

Por poder. Por ambiciosa. Por dejarse corromper. Por humana.


El dolor circunda las veredas.

No hay garantías en el almacén del barrio.

Una bala mata, lo mismo que un kilo de arroz que se deja ver en la bolsa.


Tu asesino está ahi...

Ya mató una, dos y tres veces;

y se siente capaz de ir por cuatro;

porque lo dejan, porque alguien lo deja "ser".

Vos seguis del lado de adentro.

Refugiado tras tu puerta enrejada.

Disfrazaste tu casa de celda y aún así,

nada detiene el rio de sangre que se escurre por las canaletas.


Pero no hablas.

No le decis al que sufre que estás con él.

No te sumas al "poco-montón" que sale a pedir que alguien los mire.

A ellos nadie les pide perdón por sus perdídos.

Y vos esperas...

Porque solo entenderas que se sufre cuando la fortuna del comienzo te juegue un reves.

Eterna paranoia de vivir con miedo.

Que el miedo no nos convierta en cobardes.

No está escrito en ningún lado que nos tengan que seguir tratando como a perros.

( ó peor que a ellos).

Luz.
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**Nota: escrito espontáneamente a propósito de la noticia publicada el 2 de febrero de 2006 que indica que el asesino de Pablo Dagatti salió de la carcel para pasar una jornada "con su familia" y no volvió (sigue prófugo).
**Nota 2: un juez fue quien le permitió a éste asesino salir bajo "la promesa" de que volvería.
**Nota 3: Los dos renglones en cursiva son palabras de Erico Dagatti.
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Dedicado a la memoria de Pablo. A la de todos los que mueren inocentemente.
A Axel.
Pero sobre todo a los padres que desde su dolor exigen justicia.
A Erico.



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