viernes, 28 de diciembre de 2007

mis deseos de paz. V2.0


La Fe que movió mi puño aquella Navidad en 2006, hoy regresa arrebabata y torpe al papel para dejar plasmados, nuevamente, mis deseos de paz.

La vida se adelantó lo suficietemente veloz y rauda éste año; ¿no? Aún así, a pesar de su trajín y caudaloso paso, no me privo de equilibrar la balanza para sacarle jugo y terminar con conclusiones que, quizás sean certeras, quizás no; pero qué importa cuando la intención es que todos, cada uno de nosotros, tengamos nuestro minuto de regocijo con Dios, La Patria y el Mundo.

Nos merecemos el momento. Aquel quieto momento en el que todo quede suspendido para dejar volar nuestros recuerdos mas vetustos. Aquel momento de estática en el que solo una silla, un verde jardin ó hasta la cola de un banco puede ser el sitio indicado para que nuestro Espíritu recapture las fuerzas empuñadas en el segundo inmediato que transcurrió desde la última corrida.

Nos merecemos creer.
Nos debemos volver a creer.
En la Fé que anida en nuestros corazones, radica toda la belleza del nuevo dia que comienza.
En la Fe que despreciamos en el apuro de vivir, está la esperanza de paz que deseo encuentren para lograr la plenitud del alma.