lunes, 31 de diciembre de 2012

Chin chines y memoria.


Una copa se eleva y su beber se lleva muchas cosas.
El choque de cristales sonará por todo lo que ha pasado y avivará las esperanzas renovadas.
La rueda sigue. Inexorable.
Y en su rodar arrastrará fechas, hechos, momentos, pérdidas, y hasta algunas ganancias.
Quedarán en el ayer situaciones que fueron "ayer nomás", como en la canción. (1)

En mis plegarias personales no habrá olvido. 

Rescataré del año que termina lo mejor; aprenderé de lo malo; recordaré a los que se fueron y a los dormidos; señalaré a los que lastíman y tendré tan vigente como hace 10 minutos, con el correr de los días, a los que no debemos dejar atrás.
Porque el tiempo es cíclico. Va y viene. En una sola dirección. El tiempo es la medida de la vida. Cada uno es un enorme reloj de arena que va perdiendo sus granitos conforme pasan las horas, 
los minutos, los segundos. Y si no reparamos en los que ya cayeron, no podremos disfrutar del peso que generan todos los que nos quedan por encima.

¿Deseos para el nuevo año? Miles. Todos desde el corazón y hacia el corazón. Pero por sobre todo y cómo siempre, que no se nos escape la Memoria. De ella dependemos para mejorar. Si ninguno 
de nosotros olvida, habrá memoria colectiva. Y si todos juntos recordamos, haremos grande nuestra patria empequeñecida.
Brindemos. 
Hagamos ruido de chinchines. Y recemos cada uno, por un mañana mucho más confortable. 
Haya Paz.

Luz.



(1) hace referencia al tema Ayer Nomás de Litto Nebbia.


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