Sleeping in Buenos Aires (happy birthay to you)...

Gustavo Cerati-El Hombre Alado.

Hace poco escuché tu voz tan fresca, que me resultaba imposible caer en la triste realidad que te rodea. Hablabas con entusiasmo sobre las cosas que amas; de cómo tu pluma se mueve hacia el papel para escribir; de cuánto te han inspirado las mujeres y no. Y qué quizá un solo disco bastaría para poner las canciones que hablan estrictamente de tu vida.
Tocaste por última vez el 15 de mayo de 2010 en Caracas. Me cuentan que el show fue increíble y que, como siempre, estuvo cargado de magia. La propia magia que emana tu simple figura al abrir tus labios para dejar fluir tu voz. La magia que proponen tus manos al tocar esa guitarra, cual amante apasionado toca a su amor.
Después del temblor, en la trastienda de esos telones, empezó lo que nunca debió suceder y luego tu humanidad terminó por dormirse profundo en una Clínica de Venezuela hace ya mas de un año.
Aquí todos te esperamos; yo te espero. Es imposible no escuchar tus canciones sin emocionarse. Encontrando en tus palabras frases premonitorias e increíblemente semejantes a tu hoy.
Escuché tu voz tan llena de futuro que entré en conflicto con Dios. Le pregunto cómo pudo escaparse de su vista semejante equivocación de la naturaleza.
Cerati, ese hombre de instruida oratoria, de divinidad interna, de Fe inquebrantable, tan nuestro y tan de todos, hoy duerme ante la mirada atenta de los que lo extrañamos y rezamos por un milagro. Por escuchar en las noticias que por fin ocurrió, que has abierto los ojos y que todo quedará en anécdota, aquella en la que contarás los sueños que has tenido y cómo te ha caído tu largo descanso.
Rezo para que esa soga imaginaria que te une desde tu cama hacia el cielo se suelte para  que te muevas solo, sin necesidad de que los ángeles que hoy te cuidan en tu estática postura, tengan que ayudarte a levantarte.
Nos queda creer en esos milagros, y en que cada deseo de buena Fe, servirá para convencer a Dios que nos lo preste por un tiempo más. Mientras tanto, en sus canciones, está impresa su vida y su talento, y ahí lo tenemos para seguir mimándolo en silencio.